Muchos han sido a lo largo
de los últimos años los estudios que han intentado encontrar características y
competencias comunes en los líderes más exitosos para conseguir dar con una
receta replicable que mejorara el estilo de liderazgo de los directivos.
Otros han manifestado la
imposibilidad de encontrar un conjunto de características comunes y replicables
para todas las personas en el desarrollo del liderazgo y afirman que,
dependiendo de los momentos y las contingencias, existen distintas necesidades
de liderazgo que requieren cualidades diferentes.
Lo cierto es que los líderes
exitosos suelen compartir una serie de capacidades que impulsan esa actitud. El
tenerlas no significa que se sea un líder exitoso, pero ninguno de ellos carece
de ellas. Siempre va a existir un espacio personal e intransferible que hace
que cada liderazgo sea distinto e irreplicable. Con esto quiero decir que no
existe una fórmula mágica de cualidades que podamos desarrollar y que
inmediatamente nos convierta en líderes.
Aun así, a lo largo de mi
experiencia he visto que, de todas las capacidades que pueda tener una persona
líder en distintas circunstancias, existen tres cuestiones que suelen darse en
ellos y que los hacen diferentes de los demás.
Visión
Si entendemos que una de las
partes del liderazgo se basa en lograr que el equipo desarrolle un alto grado
de compromiso para acompañar al líder a conseguir un determinado objetivo
fijado, resulta indudable que la persona que lidera debe poseer una visión que
indique el destino al que se debe ir. Esto es la visión, el dónde queremos
estar en un futuro. Casi todos los líderes han reflexionado acerca de lo que
les gustaría ser y dónde quisieran estar en un futuro y, a partir de ahí, crean
una brecha estratégica entre la situación deseada y la actual que deben cubrir
con la ayuda de su equipo.
Valores
Todas las personas poseemos
valores que guían nuestras vidas y nuestra actitud ante las cosas. Sin embargo,
muy a menudo van quedando en el olvido y dejamos de vivir conforme a ellos. Los
líderes saben cuáles son los valores que poseen y por los que les interesa
trabajar y los sitúan como guía de sus acciones. Esto les proporciona rasgos
como la seguridad, la coherencia y consistencia y la confianza que tan
necesarios son para liderar exitosamente.
Valentía
El líder es la referencia de
todo su equipo y eso supone tomar decisiones. Significa ser valiente para poner
en marcha tu visión y mover a tu organización a lo largo de esa brecha
estratégica para hacer realidad el objetivo marcado.
La valentía también supone
ser firme en los valores y resistir ante las dificultades que provoca el vivir
conforme a dichos valores.
Como he comentado
anteriormente, el poseer estas tres características no va a garantizar que nos
convirtamos en líderes y además, que tengamos éxito. Es, por lo tanto, una
condición necesaria, pero no suficiente. Esto supone que en algún momento los
directivos deben reflexionar acerca de estas tres capacidades y comprobar si
están cultivando una visión retadora y atractiva, si están conocen los valores
que le mueven a actuar y los está potenciando y si están siendo suficientemente
valientes para vivir conforme a esa visión y valores.
No hay comentarios:
Publicar un comentario
Nota: solo los miembros de este blog pueden publicar comentarios.